Los empresarios tenemos que ser líderes de nuestros equipos y el otro día, leyendo un artículo sobre características que debe tener un buen líder, decidí hacer una reflexión sobre mí misma y poner negro sobre blanco cosas que había aprendido este año para ser mejor persona y mejor profesional y así liderar mejor mi empresa.
01. He aprendido a concentrarme en mis objetivos
Este año me he marcado tres metas muy claras:
- La transformación de BebeDeParis.com en BabyFriendlyCompanies.com
- Iniciar una ronda de ampliación de capital para poder abrir: Francia, Alemania, Uk e Italia.
- Desarrollar una app para Baby Friendly Companies.
Para focalizarme he tenido que decir no a participar en algunos eventos, conferencias, inversiones, mentoring, etc. Es necesario mantener una visión muy clara de la meta y asegurarse de que también los miembros del equipo están integrados completamente en el proyecto y para ello es necesario dar ejemplo y estar absolutamente concentrada en ello.
02. He aprendido a comunicarme mejor
Yo tengo un defecto: soy demasiado directa y, a veces, puedo resultar seca. O cortante. Este año he puesto mucho más cuidado en mi comunicación con los demás. Una persona que me quiere mucho (mi hermana) es la que me lo dijo y gracias a ella, intento esforzarme en comunicarme con más empatía, escuchando positivamente y poniéndome en el lugar del otro. Espero haber mejorado.
Ahora soy más paciente con los egos e intento entender que cada persona tiende a justificarse en el trabajo e intenta hacer ver a los demás cuánto vale...¡Somos humanos!
03. He intentado ser una buena oyente
Eso no tiene ningún mérito. ¡Me encanta preguntar y escuchar! Cuando alguien de mi equipo me pregunta cómo hacer algo, siempre me gusta preguntar: ¿cómo lo harías tú? La mayoría de las veces su respuesta enriquece aquello que yo había pensado. Los comentarios del equipo siempre son útiles para resolver problemas y lograr objetivos.
Un amigo me enseñó la expresión SONOPROS que, para él, quiere decir que a las personas de tu equipo hay que pedirles que sean SONOPROS, o sea, que busquen y aporten SOluciones NO PROblemaS...
04. He aprendido a abordar los conflictos mucho más directamente
Hoy día podemos tener conflictos con socios, con personas del equipo, con amigos, con pareja, hijos, etc.. Este año tuve un malentendido con uno de mis socios y he aprendido que, cuando hay un conflicto, nunca se debe contestar por escrito sino hablando. Y, mejor todavía, mirándose a los ojos. Creando cercanía todo se resuelve mucho mejor entre personas que se aprecian y se respetan. Es importante comprender a las personas y resolver los conflictos de manera positiva; pero sin esconder lo que pensamos.
A veces hay situaciones en las que un miembro del equipo no da lo mejor de sí y atrae negatividad. El empresario debe hablar con esa persona y comentárselo para darle la posibilidad de rectificar. Sin embargo, si esa conversación no sirve de nada y su actitud no es buena, es mejor despedirle cuanto antes.
05. He aprendido a ser transparente y compartir tanto las cosas buenas como los problemas con el equipo
Es importante dar ejemplo, trabajar duro como el que más, ser íntegro o íntegra y transparente. Es la única manera de que te respete el equipo. Tanto mi socia como yo lo intentamos cada día. Eso ayuda cuando hay mucha presión en proyectos difíciles.
La energía positiva y el entusiasmo se transmite desde arriba. Me doy cuenta de que siendo sincera y contando historias personales, la gente se acerca y se involucra mucho más.
06. He aprendido a compartir mi pasión por el proyecto
La pasión es bastante contagiosa y si el líder muestra mucha pasión, también afecta a los miembros del equipo y les lleva a superar obstáculos con facilidad. ¡Un buen líder motiva!
La pasión es bastante contagiosa y si el líder muestra mucha pasión, también afecta a los miembros del equipo y les lleva a superar obstáculos con facilidad. ¡Un buen líder motiva! Clic para tuitear
07. He aprendido a ser más flexible y a delegar
Este año ha entrado una persona en el equipo que nos está ayudado a ordenar muchos aspectos que no llevábamos bien. Es un gran profesional del tema financiero. Desde que ha entrado él, es un antes y un después. ¡Ahora duermo tranquilísima!! Además su trabajo lo hace con sentido del humor. Hemos tenido muchas charlas en las que no estábamos de acuerdo pero, al final, he aprendido a ceder y a delegar en alguien que sabe mucho más que yo en ese aspecto.
También hemos aumentado la flexibilidad en los horarios e introducido el teletrabajo cuando es necesario por temas familiares. Nos adaptamos más a las necesidades de cada uno. Y todo ello con resultados muy buenos.
08. Trato de inspirarme y fomentar ideas innovadoras
Me gusta animar a mi equipo, a que cada uno en su área, para que salga a inspirarse de vez en cuando y participe en eventos y foros de su especialidad. Yo también trato de inspirarme reuniéndome periódicamente con personas que saben mucho más que yo y son muy inspiradoras.
Participo en dos foros donde todos somos emprendedores y nos reunimos cada mes. Tenemos una relación muy especial y en cada reunión aprendo lo que no está escrito. Cada uno aporta lo mejor que tiene y es absolutamente inspirador. Sin mis foros creo que sería mucho peor persona y mucho peor profesional...
09. Intento respetar a todos
Un buen líder respeta a todos siempre. Los verdaderos y genuinos líderes son los que son humildes, honestos y respetuosos con todos los miembros del equipo. Yo, a veces, creo que soy mejor que otros y ese es un defecto que se llama soberbia. Trato de superarlo desde hace tiempo. Creo que poco a poco lo voy consiguiendo y aprendo constantemente de todos los miembros del equipo.
10. He intentado reconocer y premiar a los que lo hacen bien
Un miembro del equipo se siente más positivo y motivado si su trabajo se aprecia. Como líder, debo reconocer ese trabajo duro y hacerlo públicamente.
Y cuando hay alguna crítica que hacer a algún miembro del equipo, siempre hacerlo en privado. En esto, tuve un fallo e hice una crítica a una persona delante de otras. Yo no le di la mínima importancia a esa crítica pero la persona sí. Me encantó que luego tuviera la confianza de decirme lo mal que le había sentado que hiciese la crítica delante de otros compañeros. Le pedí disculpas; y no volveré a hacerlo nunca más.
¡Seguiré aprendiendo! Nunca hay que dejar de hacerlo.