Estamos inmersos en un cambio de época que está impactando en todos los ámbitos de la sociedad y la economía por el impacto tecnológico en primera instancia, pero el mayor impacto se da en como las personas - ciudadanos, clientes, consumidores, empleados… - nos comunicamos, nos relacionamos, nos conectamos… pasando de lo físico a lo virtual de una manera natural y constante.
La transformación digital ha tenido como objetivo principal impulsar en las organizaciones una nueva cultura ágil e innovadora capaz de incorporar la tecnología para mejorar la experiencia de clientes y empleados. Pero después de más de 10 años acompañando a organizaciones en este proceso de transformación, mi reflexión es que vamos muy lentos en hacer cambios profundos que permitan tener equipos que realmente puedan innovar y crear nuevos modelos negocios.
Pocas empresas han conseguido transformar o crear modelos de negocio basados en innovación digital; un ejemplo es el sector de la prensa, que después de años de transformación solo The New York Times ha conseguido avanzar en el cambio de modelo de negocio: el 40,5% de los ingresos totales del NYT fueron digitales en el 2018 pero todavía sin grandes disrupciones realizadas desde las compañías tradicionales del sector. Y lo más importante, somos muy muy lentos en desarrollar las competencias necesarias para el talento y el liderazgo necesario en el siglo XXI.
Ser disruptor digital es una de las claves en esta nueva era caracterizada por la hiperconectividad y la velocidad exponencial de la innovación tecnología: educar y formar para aprender a aprender, para tener una actitud abierta, conectada y flexible. Clic para tuitear
La pregunta es: ¿cómo aceleramos el proceso de transformación digital que nos permita la disrupción digital?
En el artículo: Qué significarán los próximos 20 años para el empleo, y cómo prepararse se resumen los 5 cambios más importantes según el Foro Económico Mundial 2019 en el ámbito laboral que impactará directamente en las empresas y la sociedad:
- La inteligencia artificial y la robótica finalmente crearán más trabajo, no menos, al igual que en la actualidad.
- No habrá falta de empleos, sino necesidad de adoptar las medidas adecuadas, así como escasez de personas calificadas para ocupar esos empleos.
- A medida que el trabajo remoto se convierta en la norma, las ciudades y empresas entrarán en una nueva guerra por el talento del futuro. Desconectar el trabajo de un lugar les dará a las personas una nueva libertad geográfica para vivir donde deseen, y las ciudades y las áreas metropolitanas competirán para atraer a esta nueva fuerza laboral móvil.
- Según las tasas de crecimiento de la fuerza laboral del estudio Freelancing in America 2017, para el año 2027 la mayoría de los trabajadores será independiente. En Europa no tenemos datos pero la tendencia irá en esta línea.
- El cambio tecnológico seguirá aumentando, por lo que el aprendizaje de nuevas habilidades será una necesidad constante durante toda la vida.
- El debate más constructivo no es si habrá o no cambios, sino qué debemos hacer para garantizar los mejores y más inclusivos resultados tanto a nivel individual, empresarial y especialmente social.
Ser disruptor digital es una de las claves en esta nueva era caracterizada por la hiperconectividad y la velocidad exponencial de la innovación tecnología: educar y formar para aprender a aprender, para tener una actitud abierta, conectada y flexible preparada para el cambio permanente que potencie la innovación y la agilidad.
Cuatro claves de la disrupción digital.
- Aprendizaje continuo y conectado. Profesionales, líderes y organizaciones capaces de aprender de manera permanente. Deben formarse y desarrollarse en las competencias, habilidades y conocimientos digitales claves.
- Visión estratégica. Líderes con la habilidad para visualizar cómo el futuro puede impactar en los resultados de su compañía. Y organizaciones con profesionales que saben muy bien resolver problemas complejos en un entorno de cambio permanente.
- Innovación y Agilidad. Líderes y organizaciones capaces de impulsar la innovación y una adecuada gestión del cambio, de las formas de hacer y pensar de manera ágil y centrada en el cliente. Profesionales que con agilidad saben gestionar, hacer y resolver en la incertidumbre y que se permiten el fracaso como primer paso para la innovación.
- Humanismo. Cuanta más tecnología más humanidad. Toda organización, profesionales y directivos deben conocer en profundidad como la tecnología está transformando modelos de negocio, formas de trabajo, ciudades o modelos sociales; deben conocer como son los nuevos ciudadanos, consumidores o el nuevo talento; deben saber escuchar y conversar con ciudadanos, clientes, empleados o stakeholders y hacerlo con transparencia y honradez, desde la responsabilidad que significa aportar para construir una sociedad más justa y equilibrada.
En un entorno conectado y transparente, en plena cuarta revolución industrial, que integra campos como la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología, la genética, la biotecnología… se está provocando la transformación generalizada no sólo de los modelos de negocio, sino también de los mercados de trabajo y de las estructuras sociales y es clave que organizaciones y profesionales sean disruptores digitales pero también necesitamos de liderazgo transformador que marcará la diferencia de las organizaciones exitosas del futuro.
El líder del siglo XXI tiene la responsabilidad de ser parte activa de un momento clave para la humanidad y de actuar de manera íntegra y honesta.